Es el naufragio de una sonrisa.
El vuelo rasante que la piel eriza,
y llega a arañarla.
Es la ola que se tragó las miradas,
dejando solo óxido en las entrañas.
Es el vapor que se destapó al hablar,
y quemó las palabras.
Es la repetición de lo vivido.
Es el camino con las mismas piedras,
los mismos zapatos y el mismo destino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario