Relatos, cuentos y otras historias…



miércoles, 8 de mayo de 2013

La lista

Son las doce horas, un minuto, quince segundos. Aún se escucha en el aire el eco del repiqueteo de las campanadas. La plaza del pueblo está más llena de lo habitual abarrotada de jóvenes que, como él, entran en avalancha al ayuntamiento. Acaban de poner los resultados finales de la oposición. Tantos años de esfuerzo, de noches sin dormir, de bonitos días de sol condenados por largas horas de estudio, tantos nervios… Ahora era el momento de comprobar si todo aquello había servido para algo.

Despacio se dirige hacia la entrada. No se atreve a mirar si el sueño de toda su vida se ha hecho realidad. ¿Su sueño?, se pregunta… o, ¿más bien el de su padre? Su abuelo, su padre y su hermano mayor lo habían conseguido. Había que seguir la tradición. Quizá no se lo habían inculcado con aquellas mismas palabras pero sí de alguna manera tapando la expansión de posibles vocaciones paralelas. Ya daba igual pensar si era posible que él tuviera otro talento teniendo a escasos metros la respuesta.

Entra despacio al hall y espera a que el remolino de gente se disperse. Nervioso se acerca y se busca en la lista de afortunados. Su dedo índice se detiene. Su nombre y dos apellidos aparecen. No sabe muy bien si alegrarse o decepcionarse. Las personas que también han aprobado se las ve muy contentas, radiantes. Él se quiere sentir así. Pero por  un segundo se había imaginado diciendo a su familia que había suspendido, que tendría que dejar de intentarlo y que cambiaría su vida. Lo haría lo más lejos del pueblo posible, sí, lejísimos de allí.

Pero vuelve a mirar su dedo allí detenido sobre su nombre y dos apellidos. Lo había logrado.

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