Son las seis y un minuto. Ese único minuto que ha pasado desde la última vez que miró el reloj. Puntual espera a aquel hombre en la cafetería de la esquina para su primera cita. Sólo sabe cómo suenan sus palabras sobre el papel. Cartas llenas de promesas de un desconocido.
Impaciente mira a los muchos hombres que entran pero ninguno lleva el libro bajo el brazo tal y como quedaron. El suyo está al lado de la taza de café. Nerviosa lo esconde bajo la mesa mientras lo acaricia sobre sus piernas y piensa que no va a venir.
Se abre la puerta. Un hombre, un libro, ¡es él! Y de nuevo descubre su libro deslizándolo sobre la mesa.
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Lo importante de llegar, es que no hace perder la ilusiòn del momento.
ResponderEliminarLeonor