Relatos, cuentos y otras historias…



martes, 16 de febrero de 2010

En el andén

Está sola en el andén.

Desde allí le vio partir, no sin antes escribir al viento la promesa de que volvería. Se la hizo a ella.
Él subió al tren mientras lanzaba besos al aire y anunciaba su amor por ella gritándolo al mundo entero. Le creyó.
Apoyó su mano contra la suya sólo separadas por el frío cristal de la ventanilla. Pudo recorrer unos metros junto a él, mirándole a los ojos, con el sonido acompasado del tren aumentando poco a poco, como el latido de su corazón. Pudo acompañarle lo suficiente para ver que su mirada cada vez era más triste, hasta que la velocidad del vagón ganó a sus piernas y tuvo que parar. Se quedó inmóvil entre el humo. Sólo pudo levantar el brazo, sin vida, para decirle adiós cuando aquel tren era un diminuto punto camino a ninguna parte, desvaneciéndose entre la niebla, al igual que se desvanecía su amado. En ese momento quiso salir corriendo tras él, quiso gritar todas las cosas que no le había dicho y ahora se agolpaban en su cabeza. No le había abrazado lo suficiente…
El eco del aire empujado por el tren todavía movía su largo vestido de seda. Su amor acababa de irse. Y el abismo de la soledad inundó la estación en la que se sentía morir.

Le había prometido que volvería.

Aún se puede ver a esa adorable ancianita esperar en el andén. Es conocida por todos y no se escapa a sus miradas y comentarios: “Era una joven bellísima”, “Cuentan que lleva décadas viniendo a la estación, siempre a la misma hora”, “Dicen que espera a su amado.”

Su rostro está curtido por el tiempo, las arrugas penetran su piel. Sus manos ásperas y temblorosas acarician su sombrero rosa claro, el mismo que llevó el día en que su vida se paró en aquel andén. Lo llevará siempre para cuando él llegue y pueda reconocerla a pesar de los años. Su cara es muy diferente, pero su mirada todavía conserva esa ilusión que no pierde mientras mira hacia el horizonte esperando al próximo tren. Quizá sea en ése.

Él le prometió que volvería.

3 comentarios:

  1. Muy triste tu historia. Me ha recordado a la mía personal.Él me dice que volverá siempre. Espero que no se pare mi vida en el andén, esperándole.

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  2. Seguro que no. Además, aunque tarde, hay que pensar que siempre se vuelve, que siempre volverá...

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  3. Adiós amor mío
    no me llores, volveré
    antes que
    de los sauces caigan las hojas.
    Piensa en mí
    volveré a por ti...
    Joan Manuel Serrat.

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