Relatos, cuentos y otras historias…



sábado, 13 de diciembre de 2014

Ocurrió una noche

De repente, el coche se paró. El depósito estaba lleno, así es que la gasolina no podía ser. Tras varios intentos girando la llave de contacto sin éxito, el chico se dio por vencido. Las luces, que aún se mantenían encendidas, parpadearon un par de veces antes de apagarse por completo. Fue entonces cuando se vio perdido en la inmensidad de la noche, en mitad del campo, en un camino remoto.

La radio comenzó a hacer interferencias, hasta que sólo quedó un ensordecedor pitido. La apagó rápidamente. En ese instante, el interior del coche quedó totalmente iluminado. Y despacio levantó los ojos; una cegadora luz le enfocaba desde arriba.

El coche empezó a ser zarandeado de un lado a otro tan violentamente que el muchacho salió despedido de él.

Al día siguiente apareció semidesnudo en medio de un campo de trigo. Por miedo al qué dirán, nunca contó lo que le habíamos hecho.

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