PRIMER AÑO DE VIDA DE GAEL

A las seis menos cuarto de la madrugada ha hecho un año que llegaste. Mi amor, mi mundo.

Hace un año, mi vida comenzó y todo cobró sentido. Ahora sé lo que significa amar, de verdad, el amor incondicional de una mamá hacia su hijo. Puro, eterno, inmenso. Te quiero como nunca creí que se podría querer. No hay palabras que lo exprese, nada que se pueda semejar ni modo alguno de intentar definir todo aquello que me haces sentir y, cualquier amago a intentarlo, quedaría insignificante.

Yo no sabía hacerlo pero tu calma llegó acurrucándose entre mis brazos. En ellos creces y tú me enseñas, aprendo de ti.

Ahora mi vida son tus ojos, tu boquita, tus manitas, tus brazos buscándome, tus abrazos, tus besos, tus sonrisas.

Tus logros, tus progresos del día a día, tus sorpresas, tus juegos, tus bailes, tus canciones, tus primeros pasos, tu risa.

Tus amaneceres, tus susurros, tus desvelos, tus sueños, tus miedos, tus alegrías, tu dulzura, tu suavidad, tus miradas.

Ahora mi vida eres tú, siempre tú.

Qué afortunada soy de poder estar viviendo todo esto, de poder estar junto a ti todos los días. ¡Qué suerte que seas mi hijo!

Gracias por todo ello, por todo lo que me estás haciendo vivir. Gracias por enseñarme tanto y darme todo. Gracias por existir.

A mi hijo Gael en su primer cumpleaños. ¡Muchas felicidades, hijo mío! Te quiero con todo mi corazón.