Tú y yo podremos pasear juntos bajo el cielo estrellado. Y sentarnos a la orilla de nuestras promesas. Arroparnos bajo la intimidad de la oscuridad sólo distraída por esa luna que nos mira, foco incandescente de ilusiones que, temblorosa, iluminará la inmensidad del mar.
Tus pies se enredarán con los míos, jugando entre la arena fría de la playa mientras el dulce ronroneo de las olas se expandirá ante nosotros.
Aquí, bajo este cielo estrellado, nos aprenderemos a conocer. Nos amaremos despacio. No hay prisa. Tenemos toda la vida para regalarnos.
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