Pintaré de risas la Gran Vía,
de paseos por ella las noches,
de cañas las terrazas,
de largas charlas nuestras veladas.
Vestiré de estrenos los cines,
de música los viernes,
de llamadas a cualquier momento,
de complicidad en las miradas...
para que cuando regreses lo encuentres todo igual.
Ahora estarás mirando hacia Madrid. Y yo te espero. Y si el mar no te devuelve a mi orilla, lo entiendo. Porque no existe distancia entre dos corazones que se han jurado amistad eterna.
Me gusta imaginarte riendo junto a mí mientras saboreamos el gran placer que es reconstruir una anécdota entre dos amigos. No olvidaremos ningún detalle.
Prometo guardar por siempre la palabra de aliento en el momento preciso para ti. La broma que te haga sonreír.
Qué afortunada soy de poder decir: Amiga, ¡aquí me tienes!
Sea cual sea tu camino, estará cerca del mío.
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Gracias por pintar mi ciudad, por cuidarla, por abrazarla y quererla mientras llego. Aunque ya no es solo tuya ni mia, es nuestra, así la siento. Si que me has regalado algo nuevo para leer...y llorar.
ResponderEliminargabi
Gracias a ti por hacer nuestra ciudad tan especial.
ResponderEliminarY por fin te robé un comentario...
Un beso