“Esta vez es para siempre”
Aún recuerdo las palabras de mi padre cuando llegamos a aquel lugar. Y aún recuerdo como pocos días después, desde el asiento de atrás del coche a través de la luna trasera, veía desaparecer aquella ciudad con su corona anaranjada. A mi lado mi hermana pequeña dormía ajena a los nervios de mis padres. Una vez más, mi padre rompía su promesa.
Nunca me extrañó que nuestros cambios de lugar se produjeran de madrugada. Tampoco me extrañó que aquella noche, también de madrugada, varios policías se llevaran a mis padres.
Sería su último viaje.
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Qué vida más dura para dos criaturas. Esta es una historia que tu te inventas pero cuántas hay parecidas, por desgracia.
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