Entre bambalinas

Mi alma se desnuda para vestir de palabras esas hojas en blanco. Mis páginas lucen de gala, preparándose despacio pero sin pausa, como el actor en su camerino ante su inminente primera actuación.
Mi imaginación se transforma en frases para pintar tus sueños, dibujar tu sonrisa… Invisible pluma que inventa historias para contarte al oído.
Poco a poco han ido naciendo las historias que quiero regalarte. Abriendo los ojos, viendo la luz. Están listas. Sólo queda llamar a tu puerta y que me dejes entrar. Llegar a ti, a él, a los demás.

He pasado mucho tiempo creando el escenario para mi musa, nerviosa entre bambalinas, repasa el guión del debut.
El decorado está listo. Sobre las tablas reposa el atrezo en forma de cuento y las fábulas de los focos darán luz a las emociones. El cañón alumbrará los versos del protagonista, conocedor de que la seda de la tinta de cada verso recitado calará en el corazón de aquel que lo escuche… que lo sienta.

Es noche de estreno y el miedo se hace un hueco entre la ilusión. Puedo tocar con los dedos la emoción que corta el aire. Con esos mágicos nervios dentro de mí, los mismos que preceden en el actor cuando espera a entrar en escena tras alzarse el telón, así estoy. Con esa deliciosa ansiedad antes del estreno, así me encuentro mientras te invito a recorrer mi mundo de fantasía sobre papel.
Miro de reojo el patio de butacas, está lleno de expectación, como los eternos ojos de un niño que rebosan curiosidad, la gasolina de la imaginación, el motor de un escritor.

Tienes un palco especial esperándote con las mejores vistas al escenario de los sueños. Déjate sorprender toda la vida, como ese niño que nos mira.

El actor, con la cabeza alta, espera su entrada. Y yo pongo el primer punto y seguido.

Señoras y señores, la función va a comenzar. Arriba el telón.