Relatos, cuentos y otras historias…



martes, 22 de diciembre de 2009

Comprando Navidad

¿Hay algo peor que un anuncio de colonia para mujeres? Sí. Un anuncio de colonia para hombres. Porque en estas fechas de paz, amor y números rojos, toca el bombardeo oportuno publicitario de perfumes, juguetes y turrones que nos anuncian, dando el pistoletazo de salida, que las temidas fiestas comerciales están aquí. También me he enterado gracias a los miles de vecinos que han tenido a bien colgar de sus respectivos balcones, luces horteras varias (que despistan hasta a los aviones) y su respectivo Papá Noel suicidándose.

Siguiendo con la tradición, dentro de unas horas el país se paralizará al unísono, embriagados con la melodía inconfundible de las voces de esos niños de San Ildefonso y rogarán hipnotizados para que haberse dejado la mitad del sueldo en lotería haya valido la pena.
Cuando volvamos a la realidad y comprobemos, que sí, que una vez más son otros los que abren el champagne y lo celebran por la tele ( para mí que son actores) y nos demos cuenta de que tendremos que seguir viendo la cara al jefe, no hay que desesperar porque todavía queda otra ocasión para seguir perdiendo dinero... con la lotería del Niño, menos cantarina pero también tiene su aquel.

Y qué sería de estas fechas sin las cenas con los compañeros de trabajo celebrando la Navidad. Esas lúdicas reuniones donde la jerarquía se desvanece en el culo de una botella de vino barato, el administrativo por fin habla con la de recursos humanos y tú, tú te emborrachas hasta perder el conocimiento con tal de no aguantar a ese insoportable compañero subido a la mesa con la corbata en la cabeza.

Y lo bueno viene ahora, ¡las reuniones familiares! No te preocupes, la resaca te durará lo suficiente como para hacerlo aún menos llevadero.

Volviendo a los perfumes, creo que voy a hacer caso a la toda poderosa publicidad y les voy a pedir a los Reyes Magos alguna de esas colonias que te la echas y apareces dentro de un descapotable.

Así es que, en estos días en que los grandes almacenes se frotan las manos, os deseo, ¡felices compras!

1 comentario:

  1. Hola Natalia. Íba a comentar algo sobre algún relato de esos tan bonitos que escribes. Pero he leído esta opinión (no es una opinión es un hecho fehaciente),y me resulta gratificante saber que todavía hay gente con la ojos abiertos y la mente despejada.
    Un saludo.

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