Hoy es noche de balance, de despedidas, de brazos abiertos, de efímeras promesas, de multitud, de mesa con un solo cubierto, de deseos, uno por uva, o simplemente noche de borrachera.
Esta noche tiene sonido a petardos. Al corcho del cava salir despedido. A risas. A familia y amigos. Al silencio de la soledad. A ilusión. A la traidora melancolía. Al hombre que seguirá vendiendo pañuelos en el semáforo. A consumismo. Al que espera un taxi. Al que se tapa con un cartón. Al que está lejos. Al que no está.
Porque detrás de cada ventanita, mientras el país se paraliza, cada uno se sumerge en su particular despedida de año, ajenos al resto de la humanidad.
¿Quién dice que hoy termina o empieza algo? Posiblemente más de uno se pregunte lo mismo y esta noche le importe un bledo.
Vivas cómo vivas esta noche; bebiendo, bailando, riendo, o sencillamente en pijama esperando a que tu vecino se calle… recuerda que todas las noches tienen doce campanadas.
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Cada día, cada momento es especial y es lo único que cuenta el aquí y el ahora. Nos iremos con lo que vinimos de equipaje pero con un largo camino recorrido de experiencias. Feliz noche!. Ariadna.
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