Relatos, cuentos y otras historias…



sábado, 1 de noviembre de 2014

MAMÁ

No me atrevía a hacer volar mis palabras por el miedo de no encontrar, como siempre, tu respuesta tras ellas. Doloroso silencio en el que quedó encerrada mi vida, vacío absoluto, buscando como salida volver a escuchar tu voz.

Hoy hago volar mis palabras. Hoy les doy las alas que me lleven hasta ti. Que por un instante la levedad de nuestras existencias se convierta eterna y te traiga de nuevo a mí.

En ese breve momento en el que los recuerdos giran a la velocidad de la luz alrededor de un mundo que acaba de parar para ti y para mí, justo es en ese momento donde nos volvemos a encontrar.

Y vuelvo a nacer de tu seno, a crecer de tus besos y de tus abrazos, porque estoy hecha de ellos, de tu inmenso amor.

Vuelvo a mi primer recuerdo en la vida, a estar rodeada entre tus brazos, como el bebé que fui mecida en tu regazo, jugando con tu pelo, con tus manos.

Vuelvo a revolotear por la infancia que lleva tu olor, tu cariño y tus desvelos. Infancia que, gracias a ti, hiciste la mejor morada de mis recuerdos.

Vuelvo a ser esa niña a la salida del colegio que corre en tu busca por el patio hasta llegar a ti, merienda en mano y te abrazo fuerte extrañando tanto tiempo sin ti.

Vuelvo a casa, a tu calor, a las tardes con olor a leche con chocolate, a nuestros juegos, al hogar siempre contigo. Porque el mejor lugar en el mundo era aquel en el que estuvieras conmigo.

Vuelvo a invadir tu cama y agarrada a tu mano me quedo dormida junto a ti sintiendo la misma tranquilidad de saberte a mi lado.

Vuelvo a estar sentada frente a tu máquina de escribir y mis pequeños dedos sobres sus teclas recuerdan de nuevo como me enseñas a leer y a escribir.

Vuelvo a recorrer el camino de mi vida junto a ti guiado por tu risa, tu incondicional aliento, tu paciencia, tu abrigo, tu alegría, tu bondad, tu pasión por la vida, tu generosidad, tu comprensión, tu fuerza, tu valentía y todas las lecciones de vida que me enseñaste. Nadie mejor que tú para hacerlo.

Vuelvo al lugar donde viven los momentos añorados, las palabras nunca dichas que asfixian lo más profundo de mi  ser y los abrazos tardíos.

Vuelvo al lugar donde daría todo por poder volverte a abrazar.

Quién pudiera volver a todo aquello, mamá, quién.

Hoy hago volar mis palabras por ti, a la mejor persona que he conocido y  la mejor madre que he tenido la suerte de tener. Hoy vuelo hasta sentarme a tu lado para darte las gracias por seguir existiendo en mi corazón, en el de tu nieto y en el de todas las personas que te quieren. Por acariciar cada día de mi vida, por ser mi ejemplo y mi luz. Por estar orgullosa de tu hija y creer siempre en mí. Por haber sido mi mejor amiga y mi refugio. Sigo sintiendo tu ánimo constante en cada cosa que hago y tu empujoncito que siempre necesito. 

Por todo, gracias.

Soy una orgullosa hija que  te ama profundamente.


Para ti, mamá. Siempre.

1 comentario:

  1. conmovedor...como te dije hoy, escribir es reparador para el corazón y el alma. adelante! un abrazo
    Gabi

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