El mar acariciaba el adiós. El resquicio de esperanza se desvanecía en el aire. Húmedo y escurridizo. Ella se marchaba. Su olor. Su sabor. Y dejaba el paisaje desierto del abandono.
Los ojos vidriosos de aquel anciano ahora miran al vacío. Una vida entera de sueños perdidos, de sueños olvidados. Nunca pensó que sería tan corto el camino.
Si me escribes una canción te regalo una sonrisa. Si te quedas a mi lado te prometo la vida entera.
No dejes de mirarme, le dijo al oído.
Creyó que la vida era más larga. Creyó que todo era para siempre. Y ahora se pregunta por qué ella le engañó de esa manera. Por qué le hizo creer que siempre estaría allí. Hasta pensó que era real, hasta pensó que sería así de bonito. Nadie le advirtió de que la inocencia miente, de que ella le engañó.
Ahora mira hacia atrás. Ahora mira hacia el camino de regreso. Y no ve nada, sólo la inmensidad de la oscuridad. Pero es mejor la oscura soledad que la nada.
No dejes de mirarme, le suplicó al oído.
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Si me escribes una canción te regalo una sonrisa. Si te quedas a mi lado te prometo la vida entera
ResponderEliminarlo más bonito que es escuchao en mi vida.