Relatos, cuentos y otras historias…



miércoles, 28 de octubre de 2009

Insana legalidad

Dice mi médico que fumar no es bueno. Y que el alcohol tampoco es buena compañía. Y yo le he dicho que ambas cosas se venden libremente y no las retiran del mercado, como se haría con cualquier otro producto perjudicial para la salud pública. No sé… ¿será que esos productos retirados no generan tantos ingresos como el tabaco y el alcohol? El caso que para quitar adicciones, mi médico me ha recetado otra adicción, el Lexatin, que es más políticamente correcto.

De acuerdo, me tomaré mi nueva droga legal en el bar de la esquina, en aquel que todavía dejan fumar, eso sí, me pondré en la zona de “No fumadores” separada por ese biombo de papel. No, no es niebla, es el humo que entra de los dos mil cigarros que yo estoy deseando y que otros se están fumando al otro lado.
Está bien, póngame un café. ¡Ah, no! café no que me produce taquicardia. Me ha dicho mi médico que es por la cafeína que me provoca ansiedad. Pero no pasa nada, para eso tengo aquí mi Lexatin. Así es que mejor póngame una Coca-Cola, que aparte de cafeína, tiene gas carbónico, azúcar hasta hartar, ácido fosfórico, conservantes, colorantes y demás transgénicos que machacarán mi estómago en condiciones. Pero qué bien que sabe. Y tan mala no será cuando es de los productos más vendidos mundialmente, que hasta en un pueblo perdido de África sin agua potable se vende Coca-Cola. Así es que para celebrarlo, vamos a continuar con la dieta yanqui y nos vamos a comer al Burger. Es que aquí somos muy patrióticos.

Después de mi comida basura, perdón, mi almuerzo rico en proteínas, decido hacer algo de ejercicio, porque mi médico me lo ha recomendado. Y me encuentro a mi vecina, que después de estar ocho horas encerrada en una oficina y una hora dentro del coche en un atasco, va a meterse otras dos en un gimnasio, que está a doscientos metros del portal de casa pero eso sí, se va en su BMW, que lo suyo le está costando y hay que lucirlo, religiosamente pagado a plazos, como buen español, junto a la casa, la tele de plasma y el ordenador. Me pregunta si me voy con ella y le digo que no. Prefiero ir a pasear al parque, estar al aire libre y respirar el humo de los coches que es más saludable.

Después de mi paseo por el parque, regreso a casa con mis pulmones cargaditos de monóxido de carbono. El mejor momento para tirarme en el sofá, poner la televisión y maltratar la única parte del cuerpo que me faltaba por hoy, el cerebro.

Mejor me voy a ir a la cama. Y pienso, ahora no fumo, no bebo, no tomo Coca-Cola… Hago todo lo necesario para mantener viva a mi gran amiga la ansiedad y seguir dando dinero a los grandes imperios farmacéuticos. No se preocupen señores, somos muchos los consumidores potenciales de ansiolíticos. Y si no, ya crearán alguna gripe que vacunar.

3 comentarios:

  1. Tienes razón y bienvenida al mundo de la ansiedad y a los medicamentos legales para,digamos,controlarla.

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  2. Tienes toda la razón, es una parte del mundo que nos hemos otorgado.
    Yo te diría una frase que me gusta mucho de WALT DISNEY "Piensa, cree, sueña y atrévete".
    Piensa en lo que creas que es justo, cree en lo que ames, sueña que es fantástico y no cuesta nada y atrévete a contarlo todo ello cómo lo haces.
    Muy bien hija.Un beso

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  3. Real como la vida misma... mi médico me lo mandó una vez. Yo rompí la receta nada más salir a la.calld

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